Conclusiones Clave

  • No se confíen solo del precio barato, muchas veces lo barato sale caro.
  • Exijan ejemplos reales y proyectos anteriores, así saben qué esperar.
  • La comunicación es clave, si no responde rápido o no entiende lo que quieres, mejor buscar otro.
  • Olvídense de las promesas mágicas o plazos imposibles, en diseño web eso no existe.
  • Pidan que les expliquen todo claro, que no les hablen en chino con tecnicismos.
  • Revisen bien el contrato o acuerdo, nada de darle con confianza sin nada escrito.
  • No permitan que les vendan solo un diseño bonito, tiene que funcionar para su negocio.

Si logran evitar estos errores, les juro que su experiencia será mil veces mejor y no van a terminar frustrados.

5 errores comunes al contratar diseño web en peru

Errores comunes al elegir agencia: cómo no dejarte llevar solo por el precio

Recuerdo una vez que me lancé a contratar lo más barato, pensando en ahorrar. ¡Error! Terminé con un sitio que parecía de los 90, lento y sin nada de personalidad. Lo barato puede salir caro, porque luego toca pagar para arreglar la embarrada. A veces vale la pena poner un poquito más.

Otro problema fue confiar solo en la palabra del vendedor, sin ver su trabajo real. Me vendieron páginas increíbles, pero ningún ejemplo tangible. Aprendí a pedir siempre enlaces o portfolios que se puedan revisar bien. Si no te muestran trabajos previos, mejor pensar dos veces.

También está la trampa de creer que «más funciones son mejores». Pedí de todo y terminé con un carrito de compras que mi negocio ni necesitaba, y una web que tardaba siglos en cargar. La web tiene que ser simple, justo lo que tú y tus clientes necesitan, nada más.

Cuando no le expliqué bien lo que quería, el diseño se fue por otro lado. Es como si hablaran otro idioma. Por eso, conversar mucho y dejar todo claro desde el inicio es clave. Hacer un boceto, enviar referencias, cualquier cosa que evite confusiones. Eso me ahorró sueño y correos interminables.

Me pasó también dejar que el diseño web sea un tema solo de la agencia. Resultado: la página no reflejaba nada del negocio. Ahora, le meto mano, doy ideas, explico cómo vendo y qué quiero transmitir. Nadie conoce mi negocio mejor que yo.

Un detalle menos pensado: los tiempos. Me tropecé con promesas de entrega que nunca se cumplieron. O una web lista a medias porque «se demoró el programador». Para evitar eso, aprendí a pedir fechas claras y seguimiento constante. ¡No seas paciente más de la cuenta!

Y aunque parezca básico, elegir un equipo que entienda tu mercado local marca la diferencia. Con mi agencia en Perú, noto cómo captar las costumbres y el estilo de los peruanos hace que el sitio conecte más. Si el equipo está en otro país o no conoce el contexto, se pierde magia.

Errores comunes al elegir agencia: cómo no dejarte llevar solo por el precio

No aclarar el alcance del proyecto: evita sorpresas que te saquen plata extra

Mira, una de las cagadas que me paso fue no dejar clarito desde el principio qué iba y qué no en el diseño. O sea, creía que solo iba a ser una web básica y de pronto me salían con que querían un sistema de reservas y… ¡y yo sin un centavo extra listo! Eso te pone en aprietos que ni te imaginas.

Un proyecto sin un alcance bien definido es como armar un rompecabezas con piezas que van cambiando. Pensé que con explicar «quiero mi página para vender» era suficiente, pero resulta que cada cambio o idea nueva termina costando más plata. Y la verdad, nadie te cuenta eso en la primera reunión.

Pasa que muchos diseñadores en Perú quieren quedar bien y no te dicen que ciertas cosas son extras. Cuando empiezas a pedir cambios, vienen con: «Eso no estaba incluido». Y tú, sin idea, terminas pagando más o presionando el proyecto para que avance rápido y mal.

Por eso, aprendí a pedir una lista exacta de entregables y un límite claro para el trabajo. Si quieres redes sociales o formularios especiales, debe ir en el contrato, no en la charla de barra de café. Si no, tu presupuesto se va a inflar como pan al horno, pero sin sabor.

Un ejemplo que me tocó fue un cliente que quería un blog en su web. Al principio le dije que era extra, pero por no aclarar bien, al final venía con toooodo y con fechas apuradas. El resultado: estrés, mal rollo y más plata de la que esperaba.

Si me preguntas, lo mejor es armar un cuadro sencillo con: qué incluirá el diseño, qué no, plazos y precios. Eso no solo te protege, sino que pone las cartas sobre la mesa, y nadie se siente estafado. Así evitas sorpresas y que te saquen plata por todo.

Habla sin miedo, pregunta todo y no te quedes con dudas. Un diseñador serio va a entender que quieres claridad, y si no puede o no quiere definir el alcance, mejor busca otro. No hay que complicarse, al final esto es para hacer crecer tu negocio, no para llevarse sorpresas desagradables.

No aclarar el alcance del proyecto: evita sorpresas que te saquen plata extra

Falta de comunicación clara: consejos para que entiendan bien lo que quieres

Cuando empecé a trabajar con diseñadores web, pensaba que con explicarles rápido me entenderían. Craso error. Recuerdo un cliente que quería algo muy simple, pero como no usé palabras claras, el diseño terminó siendo todo lo contrario: cargado y confuso. Ojo, no basta con decir «quiero bonito».

Una vez me pasó que no pregunté bien qué esperaban en cuanto a contenido. Me entregaron fotos y textos que no cuadraban, y yo igual cerré el proyecto. Resultado: página que no reflejaba su negocio y clientes perdidos. Aprendí que hay que sacar todo por escrito, hasta los detalles mínimos.

Me di cuenta que la comunicación no es solo hablar, sino entender el «lenguaje» de cada cliente. Por ejemplo, si alguien dice que quiere «algo moderno» pero vive en una zona tradicional, hay que preguntarle qué significa eso para su público. No asumir nunca ni pensar que todos entienden igual.

Una tabla que me ayudó bastante fue esta que armé para mis clientes. Así evitaba malentendidos y todos sabían qué esperar:

Concepto Qué significa para mí Qué espero del diseño
Moderno Colores claros y tipografías limpias Que se vea simple pero profesional
Fácil de usar Pocos clicks para llegar a la info Navegación clara, sin menús raros
Rápido Página que carga en menos de 3 segundos Que no tenga muchas imágenes pesadas

Otra cosa que me costó entender fue el tema del feedback. Mandaba el diseño y esperaba «sí me gusta o no». Mal. Hay que pedir opiniones puntuales: «¿El botón está en buen lugar?» o «¿El texto se lee bien en celular?». Eso sí ayuda.

No tengas miedo de pedir ejemplos o referencias visuales. A veces un cliente ni sabe cómo explicar, pero si muestras fotos o sitios web, es más fácil que digan «eso sí» o «eso no». Eso hice muchas veces y la comunicación fluyó mejor.

Por último, acuérdate que la comunicación es dos vías. No solo le toca hablar al cliente. Muchas veces no somos claros nosotros. Es normal aburrir con tanto detalle, pero es mejor eso a que todo se malinterprete y luego pierdan tiempo y plata tratando de arreglar algo que se pudo evitar.

No revisar portafolio ni referencias: cómo identificar a un buen diseñador web en Perú

No revisar portafolio ni referencias: cómo identificar a un buen diseñador web en Perú

Jalar al diseñador sin ver portafolio fue mi primera metida de pata. Pensé que con una entrevista y buena voluntad bastaba. Resultado: un sitio que parecía hecho con WordPress gratis. Eso me enseñó que, aunque te caiga bien, siempre tienes que ver qué ha hecho. No es castigo, es necesidad.

Esos diseñadores que dicen «confía en mí» sin mostrar trabajos previos siempre me hicieron ruido. Cuando no te muestran referencias ni proyectos, es como caminar en la neblina. Hoy prefiero pedir mínimo clips o links. Si no me responden rápido, ahí ya sé que no van.

Un detalle que no sabía: el diseño no es sólo cómo se ve la página, sino si realmente funciona para el usuario. Un cliente me pidió ideas para que su página vendiera más, pero el diseñador solo «embelleció» sin pensar en usabilidad. El resultado: más bostezos que clics.

Cuando empecé, creía que el precio bajo era sinónimo de ganga. En realidad, muchas veces el barato sale más caro porque toca rehacer. Por un poco más de inversión, conviene tener a alguien que te explique todo, desde hosting hasta herramientas que usará.

Otro error fue no ponerle metas claras al diseñador desde el principio. «Quiero que se vea lindo» es un pedido muy vago. Ahora siempre dejo por escrito qué espero que haga la web, qué debe lograr y cómo medirlo. Así evitamos confusiones y dramas finales.

Ah, y descuidar la comunicación. No es raro que el diseñador desaparezca semanas. Mejor definir qué canales usar y frecuencia de avances. Para eso sirve WhatsApp, para estar encima sin ser pesado. Eso me salvó de proyectos que casi mueren postergados.

Por último, me di cuenta que es fundamental que el diseñador conozca el mercado peruano. Google no es igual acá que en otros lados, y el diseño debe entender qué funciona para nuestros clientes. Si el diseño no habla nuestro idioma ni cultura, no conecta.

No revisar el portafolio ni referencias

Olvidar el soporte y mantenimiento post entrega: lo que nadie te cuenta pero es clave

Cuando empecé a trabajar con mi primera web, pensé que lo más difícil era hacerla bonita y funcional. ¿Pero sabes qué? Lo que de verdad me jodió fue olvidarme del soporte después que entregaron el proyecto. Me dejaron solo con la página que ni siquiera podía actualizar sin inventar mil cosas.

Yo confiaba en que la empresa me iba a ayudar siempre, pero al mes siguiente, al menor problema, nadie contestaba. Terminé pagando un extra carísimo por arreglar detalles que podrían haberse evitado si hubiera considerado bien el mantenimiento desde el inicio.

Es que no solo es cuestión de cambiar la foto o agregar un producto. Un buen soporte significa que alguien te explique cómo usar la web, te ayude con plugins, te haga backups y hasta te proteja de cagadas tecnológicas. Creo que muchos pasan esto por alto porque quieren solo el «producto final».

Un error muy común en Perú es pensar que después de entregar el sitio ya se acabó la relación. Yo aprendí a ser insistente y pedir claridad: «¿Qué pasa cuando la web se cae? ¿Cuánto cuesta que me ayuden?». Si no te lo dicen claro, ojo, puede ser un dolor de cabeza.

Te dejo una mini lista con lo básico que siempre pregunto hoy antes de contratar a alguien: soporte incluido, tiempos de respuesta, actualización de contenido, backups automáticos, costo extra por soporte y garantías. Así evito sorpresas y el famoso «tu página ya no tiene mantenimiento».

Una vez, un cliente casi pierde toda su tienda porque no le hicieron backup y actualizaron mal el sistema. ¡Un típico error! Pero si hubiera tenido soporte, se habría salvado fácil. Eso no te lo cuentan al sacar la web, pero es oro puro.

Al final, no es solo cuestión de gastar plata para hacer la web más linda. Es invertir en que funcione en el tiempo, que no te deje tirado y que te ayuden cuando menos lo esperas. Eso es lo que realmente marca la diferencia, créeme.

Preguntas y Respuestas ¡EN UNA!

P: Oye, ¿por qué te metiste a contratar un diseño web si no sabías mucho del tema?
R: Pues, la verdad estaba bien perdido y solo quería algo rápido pa’ mi proyecto, sin pensar mucho. Creí que cualquier diseñador lo hacía y ya.

P: ¿Cuál fue el primer error que cometiste?
R: No revisar bien el portafolio del diseñador. Al final me dieron un diseño que ni era bonito ni práctico. No pedí ejemplos de trabajos pasados y me arrepiento un montón.

P: ¿Y qué pasó con la comunicación?
R: Malo, hermano. Apenas hablaba con ellos. No entendía ni una palabra de lo que me decían y ni ellos preguntaban mucho qué quería exactamente. Terminó todo medio enredado.

P: ¿Crees que fue error no poner todo en un contrato claro?
R: Totalmente. Solo me dijeron verbalmente las cosas, y cuando pedí cambios o reclamé algo, me tiraban de excusas. Un papel con todo detallado me hubiera ayudado un montón.

P: ¿Tuviste problemas con los tiempos de entrega?
R: Sí, mucho. Me dijeron dos semanas, pero igual esperaba, me comunicaba y no respondían como debía. Eso me complicó para lanzar mi proyecto a tiempo.

P: ¿Pagaste todo al inicio o cómo fue?
R: Pagué casi todo al comienzo porque pensé que era más seguro, pero error. Si hubiera pagado en partes conforme avanzaba, habría tenido más control.

P: ¿Algo que aprendiste para la próxima vez?
R: Que hay que ser firme y claro con lo que uno quiere, revisar bien lo que te ofrecen, pedir contrato y no pagar todo desde el inicio. También, que la comunicación es clave, nunca dejar de preguntar ni aclarar dudas.

Para cerrar

Creo que con estos errores que les he contado les va a ir mejor cuando busquen un diseñador web acá en Perú. No es que sea la gran ciencia, pero uno aprende a cachetadas nomás. Si evitan estas cagadas que yo cometí, seguro se ahorran tiempo, plata y, sobre todo, paciencia. Así que pilas con eso, que un buen web les puede ayudar un montón, pero uno que no calza bien solo te complica. Ya ahí, gracias por leer hasta acá, y espero que les sirva para que su proyecto quede fino y sin tanto drama.